Después de conocernos, elaborar entre tod@s las normas y descubrir el estado de los huertos escolares, nos hemos puesto manos a la obra, y con las herramientas apropiadas hemos empezado a airear la tierra y abonarla para la siembra de otoño.
No podía faltar el trabajo en el compostador del Colegio San Ignacio de Loyola donde los alumnos ya tienen experiencia de otros años y conocen los beneficios de los residuos orgánicos para elaborar mantillo.
Cuando los bancales estaban preparados, han entrado en juego las semillas de las hortalizas de otoño-invierno: guisantes, espinacas, nabos, zanahorias, rúcula, rabanitos, acelgas y perejil ya están bajo la tierra. Y siempre hay momentos para los visitantes inesperados, como esta oruga de la col con la que el mítico Juan el Hortelano capta la atención del personal.