Buenas hortelanas y hortelanos.
En el huerto, siempre hay tiempo para jugar aprendiendo. Por eso hemos recuperado el juego del twister y lo hemos adaptado para aprender las partes comestibles de las plantas. Con las manos y los pies han podido comprobarlo los alumnos del Tomillar.
Hemos conocido las aves torresanas, sus cantos y las hemos atraído con unos comederos que adornan no sólo los árboles del huerto, sino los árboles que rodean al colegio, como han podido hacer los alumnos del Peñalar y el San Ignacio de Loyola.
Después de mirar al cielo hemos mirado al suelo, y aunque no había muchos insectos o mejor dicho, muchos bichos que nos deleitaran con su presencia, les hemos preparado unos hoteles que van a tener donde elegir residencia para pasar el invierno. Si queréis repetir la actividad en vuestra clase hemos colgado la ficha de la actividad y un póster de los principales invertebrados del huerto.
Y claro, estábamos tan atentos a fomentar la biodiversidad que casi se nos olvidan las plantas, porque a pesar del letargo invernal, siguen necesitando nuestra atención.